El número 150 y las tribus urbanas

La sociedad actual se ha construido por agrupación de estructuras de convivencia, y parece ser que el número clave es el 150, aunque en función de las diferentes habilidades sociales puede ser algo más o algo menos. Durante el neolítico, varias familias formaban clanes y varios clanes formaban aldeas, pero cuando superaban los 150 miembros surgían problemas, y una parte de la gente salía para fundar otro asentamiento. La unidad básica de la legión romana era el manípulo, integrado por 160 individuos agrupados en dos centurias, y su equivalente en los ejércitos modernos es la compañía, en torno a los 150. 

En sus inicios, la centuria tenía 100 legionarios y el manípulo 200, pero se dieron cuenta que era mejor reducir el número. En nuestras cuentas de Facebook, con independencia del número de agregados, sólo un 1% de los usuarios es capaz de mantener su actividad con más de 150 personas. 

Es lo que nuestro cerebro puede procesar de media con cierta eficiencia. Nuestros primos los monos, tienen un cacumen menos desarrollado, y sólo son capaces de formar grupos cohesionados de 50 a 80 individuos. Con los siglos hemos aprendido a cooperar cada vez más, y vivimos en sociedades complejas de millones de habitantes, pero en nuestro primer escalón mental no superamos ese arcaico vínculo tribal y hemos tenido que inventar tribus urbanas de todos los pelajes. 

Los sociólogos han identificado casi un centenar con sus correspondientes sub-culturas, todas ellas con específicas vestimentas y gustos musicales: emos, frikis, góticos, hippies, lolitas, moteros, pijos, punks, raperos, rockeros, rocabilis, etc, a los que yo añadiría a los pagafantas y metrosexuales… y no, los jabalíes no son una nueva tribu urbana de Ferrol, aunque son mamíferos, gregarios y cada vez más usuales visitantes de nuestros barrios. 

Enrique Barrera Beitia