Mi hija, que es traductora profesional y trabaja en Berlín, me da periódicamente unas collejas a través de facebook por escribir frases en alemán, un idioma que no domino. Piensa que quiero dármelas de listo, pero yo creo que simplemente soy atrevido, y que lo peor que puede ocurrir es que termine hablando como los indios. De cualquier forma, juro no reproducir la catástrofe del arroyo de Cibecue, en Arizona.
Ocurrió que los indios apaches estaban derrotados, y procuraban sobrevivir a la viruela y al whisky en sus reservas. Incluso parecía que podrían salir adelante, pues empezaban a criar ganado y a cultivar los campos con creciente éxito. En esto apareció Nocadelklinny, un famoso“hombre medicina”, que es lo mismo que decir que era un brujo, y les convenció de que iba a resucitar a todos los guerreros muertos, y que los días del hombre blanco estaban contados. Convocó un Gran Baile, y tras ponerse ciegos con el metzal y bailar durante horas, los espíritus emergieron de la tierra, y se asomaron de cintura para arriba.
- ¿A qué viene tanto alboroto? ¿Por qué no nos dejáis en paz? ¿Qué queréis?
- ¿Qué tenemos que hacer con los rostros pálidos?
- No podéis hacer nada contra ellos, son muchos y cada vez son más. Sólo podéis vivir en paz con ellos como hasta ahora. No nos molestéis más.
Los apaches quedaron desazonados, pero ocurrió que los rumores de un posible levantamiento habían llegado a Fort Apache, y decidieron detener a Nocadelklinny para interrogarle. El 6º de caballería no tuvo mejor idea que encomendar la misión al teniente Cruse, apodado por los apaches como “el que no se entera de nada”. Aquello tenía necesariamente que terminar mal, porque además usaron como traductor al soldado Hurle, que había vivido unos años con los apaches, por lo que tendría un dominio del idioma sólo algo mejor que el que yo tengo de la lengua de Goethe. Al llegar al campamento chiricahua, alguien le contó la escena del baile, y tradujo a Cruse lo siguiente:
- ¿A qué viene tanto alboroto? ¿Por qué no nos dejáis en paz? ¿Qué queréis?
- ¿Qué tenemos que hacer con los rostros pálidos?
- Si no hacéis nada contra ellos, cada vez serán más y ya nada podréis hacer. No nos molestéis más salvo que queráis romper la paz con ellos.
Asustado por la traducción (fíjense como cambia todo descolocando varias palabras), “el teniente que no se entera de nada” se llevó al hombre medicina, desencadenando la catástrofe: los apaches creyeron que iban a matar a su líder y les emboscaron en el arroyo de Cibecue. Fue en agosto de 1881, y resultó ser una victoria de los indios mucho menos publicitada que la masacre de Little Big Horn, en junio de 1876.
Después vino la de San Dios es Cristo, con las interminables escapadas de Gerónimo y sus treinta guerreros, treinta mujeres y cuarenta niños y niñas, perseguidos a toque de corneta por 5.000 jinetes de la caballería yankee, algo así como el pelotón ciclista dando caza al “grupetto” de escapados, pero a lo bestia. Cinco años tardaron en atraparles, algo impensable en el Tour de Francia.
Ya lo ven, todo por una mala traducción, o porque el soldado Hurle no tenía actualizada la versión del translate google.
Und... das ist alle, meine freunde…, y a esperar la colleja.
Enrique Barrera Beitia