22 Jul
Los alegres censores



En la dictadura, la prensa, el cine y las canciones, estaban controladas por una censura tan caótica, que las situaciones lamentables se alternaban con las divertidas. Así, en agosto de 1959, el Diario Vasco publicaba en primera página que tras diez horas de lucha, el Caudillo había pescado un cachalote de 38 toneladas de peso, y más de diez metros de largo. Se incluía una foto del animal izado con una grúa en el puerto de Bermeo. De Franco se decían muchas cosas y se sospechaban otras, pero ni sus más acérrimos defensores pensaron que tras el uniforme se escondía una versión ibérica de Arnold Scharzweneger.


El pitorreo fue incontenible cuando se publicó que nuestro musculoso hombre pescó un segundo cachalote. La Codorniz (“la revista más audaz para el lector más inteligente”) tituló “Somos la única publicación española que no ha hablado del cachalote de Franco”; hubo una multa y el número fue secuestrado. Cuando reapareció, editorializaron así: “Botín es a botón, como cojín es a X, y nos importa dos X que nos cierren la edición”. Se la cerraron otra vez por chulitos.


En la película original de Mogambo, Clark Kent y Grace Kelly mantienen una relación extramarital, por lo que los censores alteraron los diálogos para hacer pasar al marido (Donald Sinden) por su hermano; es decir, para desconcierto de los espectadores substituyeron el adulterio por el incesto. Menos conocido es que las películas de Tarzán no estaban autorizadas para todos los públicos, porque la exhibición de su cuerpo musculoso “favorecía la homosexualidad”.


En cuanto a las canciones, los censores no las escuchaban y simplemente leían sus letras. En 1968 leyeron Je t'aime... moi non plus, de Serge Gainsbourg y Jane Birkin, y le dieron el visto bueno, pero… la letra no recogía los famosos gemidos. De todas maneras, no entiendo que empanada mental debían tener para no leer entre líneas“Je vais et je viens entre tes reins, et je me retiens” (voy y vengo entre tus caderas y me retengo), o "Tu es la vague, moi l'île nue” (tu eres la ola, yo la isla desnuda).  El Vaticano montó en cólera, y terminó prohibida.


Sin embargo, el olfato detectivesco les rebasó en 1975, con una canción de Doctor Pop que decía: “Sofía siempre se acuesta de día/va sola, sin compañía". Pensaron que podía referirse a la reina y la canción se regrabó como Lucia. ¿A que esto no lo sabían?



Enrique Barrera Beitia


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