¿Qué está pasando en el Reino de España?. I Parte
Porque… España es un reino ¿No? Bueno, es un reino ahora, antes fue una dictadura fascista, una república, una dictadura con rey, otra república, otro reino con parlamento pero dos aspirantes al trono, un rey elegido a dedo, un rey último vestigio del absolutismo, el emperador enano francés que puso a su hermano el borrachín en el trono…Todo esto en los últimos doscientos años, no sé si en ese orden o si se me olvida algo pero no me interesa hacer un análisis histórico, básicamente por dos motivos. Uno que no quiero y dos que no estoy capacitado para hacerlo.
¡Ah! por cierto me olvidaba mencionar algunas guerras civiles (guerras carlistas y la del treinta y seis) amen de toda clase de levantamientos populares.
Quisiera hacer constar, a modo de disculpa, que estoy escribiendo de memoria con lo cual seguramente cometeré errores mil a lo largo y ancho de este escrito. De hecho soy producto de un sistema educativo nefasto así que “no se le pueden pedir peras al olmo”.
En fin, a lo que iba, que en esta singular piel de toro en doscientos años hemos cambiado de forma compulsiva de gobernantes y modos de gobernar con guerras, transiciones, etc. Pero al final las élites gobernantes han seguido siendo las mismas, la movilidad social mínima hasta hace treinta años, así como los derechos civiles.
La revolución industrial, la verdadera, la que ha convertido a España en una sociedad industrializada no llego, aunque me duela decirlo, hasta que mi paisano, “el caudillo”, le cogió gusto a “lamerles el hojaldre” a los “gringos”.
Muere el dictador, se hace la chapucilla esa de la transición que no me atrevo a cuestionar pues es de sentido común pensar que fue lo menos malo que nos pudo pasar y… ¡Tachan! ¡Milagro! En tres décadas somos modernos, la sociedad y la economía evolucionan, crecen, ya somos europeos, estamos entre los 20 o 30 países más “güais” del mundo. Organizamos mundiales olimpiadas y toda clase de eventos de proyección internacional, ganamos oscares, algún novel, el Borbón nos representa y se abraza con “todo Dios”, es un tío “majo”, piensan todos. Nuestros deportistas arrasan y parece que España cuenta.
No niego que todas estas cosas están bien, que no nos ha ido tan mal, pero ni tanto ni tan calvo. Vivir de las apariencias, para mí sin dudas el verdadero pecado nacional, tiene sus peligros y más si de lo que estamos hablando es de un país, nación, estado, pueblo…Sé que son cosas diferentes, pero ¿A quién le importa? A mi desde luego no.
Creo que por hoy ya esta bien de rollo, en el futuro me propongo seguiros dando mi particular punto de vista en sucesivas entregas.
Hasta la próxima.
Poli Beceiro
