30 Mar
La cámara de los lores, y el bar de los diputados.




Hay que reconocer que el paripé que montan los británicos con la inauguración del curso parlamentario, tiene un pedagógico y sano trasfondo. Para los que no lo sepan, les diré que cuando su Graciosa Majestad aposenta sus reales posaderas en el trono habilitado en la cámara de los lores, pone cara de sorpresa y dice:


- ¡Pero aquí falta gente! ¿Donde están los comunes?


- Están en su local, Majestad, le informa un lord.


- ¿Pero no sabían que iba a venir?


Los lores responden con la mirada algo así cómo “qué se puede esperar de esa chusma plebeya que ha tenido que recurrir a las elecciones para ser alguien en la vida”, y la Reina se dirige imperativa a uno de sus lacayos:


- Avíseles que estoy aquí, y les ordeno que acudan ante mi presencia.


Viene a continuación un largo “travelling”, donde la cámara de la BBC sigue al enperifollado ujier en su camino hacia los comunes, que están en animada tertulia. Golpea el suelo tres veces con el gran bastón, y obtenida la atención de los presentes, transmite la Real Orden. A renglón seguido, los propios comunes le expulsan de la sala y le cierran la puerta en sus narices. Es la manera de decir que mandan ellos y que no aceptan órdenes de la Corona. Tras informar a su Graciosa Majestad, esta, cambia el tono:


- Vuelva y dígales, que si disponen de tiempo, a su Majestad le agradaría poder contar con su presencia.


Esto ya es otra cosa, y los comunes, cual manada de dinosaurios en vías de extinción, se lanzan a la carrera para ocupar los escasos asientos disponibles.


Sería fantástico que en España, los ujieres fueran al bar a transmitir la real orden, y que los diputados les mandaran en primera instancia a freir gárgaras. Para los que somos republicanos sería un excelente premio de consolación, pero la escena quedaría algo impostada, porque todo el mundo sabe que a los Borbones nunca les ha faltado campechanía, y con tal de fastidiarnos serían capaces de ir ellos mismos al bar. Mejor que así sea, porque la otra opción tal y como están los jueces, podría ser encerrar a los diputados por terrorismo.


Enrique Barrera Beitia

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