Los videos de Youtube sirven no sólo para visionar en diferido los debates de los catedráticos de Filosofía de la Sorbona, sino para ver Mundo desde el despacho de casa, y elaborar teorías sobre el comportamiento humano. No les hablaré de los mecanismos mentales por los que los hombres somos fieles al peluquero, mientras que las mujeres cambian cada dos por tres, pero les trasladaré a los dominios de los barberos hindúes y su abnegada clientela, porque hay que tener bastante más que confianza para ponerse en sus manos.
De entrada, hay que decir que además de afeitar, cortar el pelo y peinar, hacen “masajes” en el mismo sillón. El barbero superstar es sin duda un tal “Baba the Cosmic Barber”; su especialidad es atrapar las fuerzas magnéticas que flotan en el eter de su minúsculo y cutre establecimiento, para metértelas en la cabeza. Tiene tropecientos millones de visitas. Otro peluquero usa una sandía y te la hace rodar por la espalda, y muchos usan un rodillo de madera como el de cocina, y te confunden con una masa de pizza. También hay quienes usan unos cucuruchos de papel, te los meten en la oreja, les prenden fuego y sale la cera. Todo esto es exótico, pero no especialmente grave. Más inquietantes son los que usan un martillo y un punzón romo de madera, y te da pequeños golpes en la espalda y hombros. En China (que está al lado, y todo se pega), un chino pequeñito se te sube encima y no se sabe si quiere estirarte los brazos o hacerte una llave de kung-fu.
En todos estos casos, lo importante es salir vivo de la peluquería, y si eres extranjero, tener un amigo para grabar el momentazo y compartirlo: “yo estuve en una barbería hindú, así que no me venga usted con la guerra de Irak”.
No me imagino a mi peluquero de Caranza en tales faenas. Sin embargo, atentos a dar ideas para diversificar nuestra economía, podríamos sugerir que los peluqueros gallegos usen orujo para dar fricciones a los turistas que nos visitan en los cruceros, o arrasarlos con una "pedra de muiño", eso sí, sólo a los escoceses, que son una especie de vascos pelirrojos. Desde Disfruta Ferroltera se podría presentar una moción al pleno municipal de Ferrol pidiendo que la Xunta subvencione unos cursos de formación, con fondos europeos. La excusa sería avanzar en la multiculturalidad asociada al Camino Inglés. ¿Entienden el concepto, verdad?
Enrique Barrera
Enrique Barrera Beitia.