International race on dog shit

Ferrol podría albergar por méritos propios una etapa del International race on dog shit (Carrera internacional sobre cagarrutas de perro). Como ustedes saben, se trata de llegar primero a la meta sin ensuciar las zapatillas; en caso de hacerlo, el competidor pierde tiempo limpiándolas al salir del tramo controlado. Creo además, que esta iniciativa uniría a todos los ferrolanos en una causa común, y que alcanzaríamos un elevadísimo número de voluntarios para dejar bien alto nuestro pabellón.

Sería un recorrido ciertamente exigente, con handicap muy elevado en algunos tramos; el de Tejeras por ejemplo, aunque hay expertos que consideran que es todavía más complicado el del callejón trasero de la oficina de Correos de Caranza. De cualquier manera, deberíamos presentar una moción en el concello, pidiendo la elaboración de un mapa de cagarrutas caninas por barrios y calles, tal y como ha hecho Manuela Carmena en Madrid, porque podría haber agradables sorpresas.

Es buena cosa que se mantengan las tradiciones y no nos dejemos llevar por estas modas de naciones afeminadas que pretenden atentar contra las leyes de la naturaleza. Nuestros amigos los perros son más felices en Ferrol, porque al salir a la calle pueden dejar recados y marcar territorio, como siempre se ha hecho, y el español que no esté de acuerdo, ¡que se largue a Rusia! ¡Ya está bien de aguantar impertinencias! Nuestra paciencia tiene un límite, como pudo comprobar Napoleón Bonaparte. Somos gente hospitalaria, pero no tenemos por qué aguantar que vengan de fuera a gobernarnos, ni tampoco tenemos que aguantar la indolencia de la Secretaría General del Deporte, que a fecha de hoy no ha movido ficha para presentar nuestra candidatura. 

Enrique Barrera Beitia