María Torremadé era una superatleta barcelonesa que pulverizaba todas las marcas en la postguerra. Preocupada porque no le venía la regla y se sentía atraída por las chicas, acudió en busca de remedio a un médico, que descubrió que en realidad no era ella, sino él; es decir, a María Torremadé no se le detectó al nacer que tenía una falsa vagina y que sus órganos masculinos estaban ocultos. Creo que se llama Síndrome de Morris, pero no estoy seguro. Fue operada, y el Registro Civil cambió su nombre por el de Jordi. Esto pasó en 1942.
La forma en que se explicó este caso fue tan catastrófica, que a instancias de la Sección Femenina de la Falange se prohibió a las mujeres practicar el atletismo para evitar que se convirtieran en hombres. Tal cual. El ridículo fue de los que hacen época, y hubo que esperar hasta 1963 para que las españolas pudieran practicar deporte sin restricciones.
Hasta entonces, hicieron tablas de gimnasia atrapadas dentro de los míticos pololos, bailaron las danzas regionales y practicaron seis deportes que tras sesudas deliberaciones, se consideraron compatibles con la maternidad: natación, tenis, esquí, baloncesto, balonvolea y balonmano. Las tres últimas modalidades también con pololos, más que nada para mantener la decencia.
En Zaragoza conocí al entrenador de un equipo de baloncesto (creo que el Canoe). Me contó que fueron a Israel poco antes de 1970, y al llegar al pabellón vieron a sus rivales bajar del autobús; eran mujeres soldados que venían uniformadas y con ametralladoras. Las españolas quedaron tan asustadas que no dieron pié con bolo en el primer tiempo. Luego, más tranquilas al comprobar que no les disparaban, mejoraron algo, aunque el resultado final fue una paliza.
Hay que mirarlo todo con perspectiva histórica. Es verdad que el deporte femenino español sigue discriminado, pero el salto que ha dado en las últimas décadas ha sido espectacular, y se debe tanto a un cambio de actitud mental, como de unas mejores infraestructuras. En Ferrol, por ejemplo, vamos tan bien o mejor servidos en deporte femenino que en masculino.
Enrique Barrera Beitia