24 Oct
Un vídeo desternillante

Un amigo me manda un vídeo de una ciudad israelí. Se ve a un nutrido grupo de judíos ultraortodoxos, con sus rizos, su camisa blanca, su chaqueta negra y sus típicos sombreros. Forman una barrera humana e impiden el paso a un coche. Ignoro el motivo, pero están sin duda muy enfadados, y no tengo la menor duda de que llegado el caso se enfrentarán a los antidisturbios. 


¿Todo un problema? En absoluto. La solución para abrir paso al coche es de lo más sencilla: mandar a una mujer soldado para disolver la concentración.


Ya sabemos que las mujeres del Tsal son de armas tomar, pero la muchacha en cuestión no intimida, no lleva armas y tampoco parece estar en condiciones de ganar un campeonato de culturismo. Se limita a acercarse a los ultraortodoxos y amaga con tocarles. En un plis plas abre un pasillo al coche. No está asustada, e incluso se ríe; no debe ser la primera vez que lo hace. Algún niño, vestido como sus mayores, intenta empujarla y es inmediatamente reprendido: no se puede tocar a una mujer que no sea tu madre, tu hermana o tu esposa. Puedes terminar contaminado y no se sabe como reaccionará Jehová, pero es mejor no provocarle, no sea que mande una plaga de almorranas a toda la familia. Incluso puede ser que la soldado esté en periodo de ovulación, con lo cual es doblemente impura, y el castigo ya ni te lo quiero contar.


Al ver como viven su religión ciertos especímenes, no queda más remedio que reírse. Hasta más de 600 preceptos tienen que memorizar para que Jehová no se enfade; entre comer carne y beber leche deben pasar tres horas, no pueden vestir prendas de lana y lino, la bañera tiene que tener unas medidas concretas, etc, etc, etc. No es de extrañar que afirmen que no tienen tiempo para hacer el servicio militar. Los primeros gobiernos hicieron gala de sentido común, y les concedieron la dispensa, pero los actuales les obligarán por ley a pasar por la mili, que en Israel no es un asunto menor. Grave error, porque... ¿se imaginan tener a uno de estos en tu mismo pelotón? Más de uno terminará desertando y pasándose a las filas de Hamas (¡que Jehová me perdone!). 


Enrique Barrera Beitia





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