14 Jun
Buscando a un Mister Hotsia gallego

Cada semana entro en Youtube para ver qué videos ha colgado Mr Hotsia. Es un individuo que me tiene fascinado. No tengo claro si es vietnamita o tailandés, pero fundamentalmente se dedica a comer en todos los puestos callejeros de comida y restaurantes que aparecen en su radar. Se deleita grabando como escancian los condimentos, y comenta su sabor y textura. Eso sí, lo hace en su idioma, pero se adivina lo que opina de cada plato.


Le he visto zamparse un bocata de mayonesa, paté, tiras de remolacha, otras tiras blancuzcas que no identifiqué y ¿pulpo a la feria?, porque eso parecía. Incluso paré el video y puse la pantalla a tamaño grande. Con lo que come debería caerse simultáneamente por los dos lados de la cama, pero parece que su organismo lo asimila.


Mi difunto padre que en paz descanse, nunca pasó hambre, pero la sentía por solidaridad con los que la pasaban en los años cuarenta. Estaba obsesionado con la comida y cuando yo regresaba de un viaje, me interrogaba detenidamente para saber qué había comido, cuanto me había costado, si las raciones eran generosas, etc. Padecía nacionalismo gastronómico, y fue un triunfo lograr que fuera a un chino. Le gustó, y respiró aliviado al saber que no iba a comer necesariamente serpientes y otros bichos raros.


Como se trata de atraer turistas a Ferrolterra, no estaría de más plagiar la idea y hacer un concurso para elegir a un Mr Hotshia nativo, un zampatodo que se dedique a comer en las tascas, restaurantes y furanchos de nuestra comarca; buena gente, buena comida casera, buen vino, empanadas, zorza, chorizos, quesos, etc.


Lo del pulpo, las centollas y las nécoras  puede que sea mejor no mostrarlo. Lo tenemos como una “delicatessen”, pero a muchos extranjeros les da repelús. Comer caracoles tampoco nos hará ganar puntos, y si lo que queremos es espantar a los turistas y que no regresen en décadas, nada más idóneo que mostrarles cómo se prepara la lamprea, un bichejo que tiene un enorme parecido con el Alien que sale del huevo con la boca llena de dientes, para terminar con toda la tripulación del Prometeus. Además, creo que se cocina en su propia sangre, a la que se le añade vino tinto para que no coagule. O sea, cocina gore total.


En fin, ya he cumplido dando una idea para fomentar el turismo ferrolterrano, pero sin cometer desmanes de los que luego nos podamos arrepentir. El que avisa no es traidor.


Enrique Barrera Beitia.

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